Si estás próximo a visitar la capital de Andalucía, probablemente la Catedral de Sevilla es uno de los puntos de interés que tienes marcado en tu itinerario. Pues bien, más allá de lo que es el tour Catedral Sevilla hay ciertas curiosidades de este recinto que probablemente no sabías y que deberías conocer. Se trata de una construcción única en su clase por varias de sus cualidades.
Con una superficie de 11.520 metros cuadrados, es considerada "la catedral gótica más grande del mundo". Se trata del tercer templo catálogo más grande, sólo detrás de la Basílica de San Pedro del Vaticano y la Catedral de San Pablo de Londres. Adicionalmente, su nave interior es la más extensa a nivel nacional con sus 42 metros y su superficie de 9.000 m2.
No hay documentaciones oficiales que acrediten su fecha de construcción, pero se cree que la Catedral de Sevilla se edificó desde aproximadamente el año 1401. Lo que sí es cierto es que en ese terreno se erigía una antigua mezquita, la "Mayor de Isbilya". Arruinada tras el terremoto del año 1356, se decidió la construcción de esta imponente catedral justo en el mismo lugar.
Como prueba de la presencia anterior de la mezquita, aún subsisten algunos elementos clásicos como el Patio de los Naranjos. También la Puerta del Perdón -una de las entradas a la catedral- y los dos tercios inferiores de la afamada Giralda de Sevilla.
Si recorres la Catedral de Sevilla y su explanada, te llamará la atención un objeto: sus columnas entrelazadas con unas increíbles cadenas de hierro. No están allí por casualidad, sino que fueron instaladas para marcar los "límites de la jurisdicción eclesiástica" cuando aquello era una cuestión sumamente importante. Si alguien intentaba escapar de la justicia ordinaria, podía refugiarse indefinidamente en el interior de la catedral solicitando su "derecho de asilo".
Mientras permaneciera allí, estaba a salvo.
Otro elemento que no deja indiferente a los viajeros que visitan esta catedral es el cocodrilo de tamaño real. El "lagarto de Sevilla" fue un regalo del sultán de Egipto al rey Alfonso X alrededor del año 1260, o eso dicen los investigadores. Independientemente de qué origen tenga, el asunto es que está colocado en uno de los pasillos que rodean el Patio de los Naranjos. ¡Te dejará boquiabierto!
La última curiosidad es quizás la más "curiosa" de todas. La estructura del edificio se dilata y se contrae haciendo movimientos planificados que aumentan y reducen su estructura en hasta tres centímetros como consecuencia del cambio de temperatura. Básicamente, el edificio "respira" para evitar accidentes como las caídas y derrumbes que son más frecuentes en las obras absolutamente rígidas. Es muy habitual que catedrales y otros grandes edificios respiren igual que lo hace esta catedral.
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