La "restauración" del Jardín Romántico de El Bosque: Peor imposible

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La Junta de Castilla y León tenía una ocasión de oro para redimirse de sus pecados (y son muchos), pero de nuevo ha preferido ignorar los valores y los datos históricos sobre el jardín para perpetrar otro atentado contra su integridad y su autenticidad, un desaguisado más que añadir a la larga lista de agravios, denunciados por el Grupo Cultural San Gil y la PDBB desde hace dos décadas, y el enésimo despilfarro del dinero de los contribuyentes: pague usted impuestos para que esta panda de indocumentados (e indocumentadas) se lo gaste en sus costosos y ridículos desatinos contra el BIC, a sabiendas de que son contrarios a la propia legislación estatal y autonómica. 


Los técnicos de la Junta y quienes les amparan desde el ámbito de la responsabilidad política (el consejero de Cultura y el director general de Patrimonio, esa extraña pareja) han tomado El Bosque de Béjar por el patio trasero de su casa, cuando es de todos, y se dedican a imponer no ya su criterio, porque han demostrado no tenerlo, sino sus caprichos y su mal gusto sin atender al conocimiento histórico y botánico del lugar, a la percepción de sus valores sensoriales y a los requerimientos que son de aplicación en un BIC-Jardín Histórico, pues ninguno de estos técnicos está capacitado para ello (y lo saben): gente sin conocimiento, sin sensibilidad y sin oficio que consigue medrar a costa del erario público desde hace demasiado tiempo. Y que nos toma por imbéciles. 


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Repasemos el catálogo de fechorías que esta secta de arrimados (y arrimadas) está infligiendo al Jardín Romántico de El Bosque bajo una falsa idea de "restauración" que no dudan en pregonar desde la cartelería institucional de la obra: 


1. ÁREAS DE PLANTACIÓN DELIMITADAS POR LÁMINAS DE ACERO CORTEN 


De nuevo han llenado de chatarra nuestro jardín histórico, no conformes con los bordes o perfiles de este material que desde hace años contaminan y deslucen en los alcorques de los seis tristes tilos del paseadero norte, en la fallida rampa junto a la Fuente de la Sábana, en el no menos fallido arriate del oriente y en el del mediodía, en la espantosa y falsaria intervención en la terraza de la huerta, apoteosis chatarrera e insultante denunciada por ICOMOS. Ahora le toca el turno a las eras del Jardín Romántico, perfiladas con semejante peste metálica como si esta recua de técnicos (y técnicas) no conociera otro recurso menos lesivo y artificial, como si los procedimientos tradicionales para separar las áreas de plantación y los paseos, perfectamente ejemplificados en El Bosque antes de que ellos (y ellas) llegaran, no lo resolvieran satisfactoriamente, como si la emulación de la Naturaleza que guiaba este tipo de jardines en el siglo XIX tuviera algo que ver con estos adefesios industriales. Recordemos a los lectores que el acero Corten es una aleación inventada en torno a 1933 y fue desconocida en España hasta principios de la década de los ochenta como material de construcción, aunque ahora sea la única y socorrida receta de los malos profesionales. No se puede negar su idoneidad en arquitectura y escultura contemporáneos (pensemos en las magníficas instalaciones de Richard Serra, por ejemplo), e incluso en jardines de nueva creación, pero su empleo debería proscribirse en restauración monumental (citemos aquí, de nuevo, la impugnación de ICOMOS contra su abuso en la "restauración" de la muralla de Almería) y, por supuesto, en los jardines históricos que ha sido ignorado por dos directores generales de Patrimonio con el desprecio y la soberbia que les caracteriza). Señores y señoras de la Junta: llévense su chatarra cuanto antes.


2. INADECUADA REPOSICIÓN DE ARENA EN LOS PASEOS 


No hacía falta mucha imaginación a la hora de reponer el firme de los paseos, bastaba con renovar y nivelar la capa de áridos allí donde fuera necesario manteniendo la composición, tonalidad terrosa y granulometría preexistentes: restaurar es eso y no cubrir el suelo de arena blanca por todas partes, acentuando el contraste entre áreas verdes y paseos, antes muy tenue e integrado, y transformado ahora en una puñalada para la vista. Olvídense los lectores de aquel ambiente umbrío y del encanto de antaño, de los rincones oscuros donde perderse, la secta de Valladolid prefiere marcarles el paso con senderos reflectantes delimitados por chatarra. Cuando visiten esta obra aberrante y agresiva, no olviden llevar gafas de sol. 


3. ALTERACIÓN DE LA FUENTE DEL PARAGUAS EN DISTINTO EMPLAZAMIENTO 


Ya fue grave la tardía y extraña "restauración" de la Fuente del Paraguas, tan peculiar que nadie sabe si se trata de una réplica con defectos de postura y proporción o bien de una pieza mal resuelta en la que su artífice no fue capaz de diferenciar entre los fragmentos originales y las partes reintegradas, en contra de la práctica común en restauración escultórica y arqueológica (esta chapuza daría para otra foto denuncia, desde luego). No contentos con esta alteración fraudulenta, se han empeñado en colocar la fuente en un emplazamiento distinto del original: del extremo sur de la ría, sobre su pedestal rústico y su boca de agua que han destruido ahora sin justificación alguna, pasará a flotar sobre las aguas de la ría misma, como si Paul y Virginie fueran dos pobres náufragos condenados por la estulticia de los técnicos (y las técnicas) de Valladolid. 


4. RECRECIDO Y ALTERACIÓN DE LA RÍA CON ROCALLA NO DOCUMENTADA 


Restaurar no es recrecer ni sustituir, no es inventarse obras de fábrica donde no las hubo: ¿por qué extraño motivo están recreciendo en más de un palmo los bordes de la ría?, ¿por qué han acumulado pedruscos de caliza blanca pucelana donde tendrían que florecer las hortensias? Ningún otro componente acuático de El Bosque ha sufrido semejante alteración, y menos aún en piedra alóctona, así que deberíamos estar atentos por si la secta extiende sus zarpas sobre los pretiles del estanque o la pila de la Fuente de la Sábana, la de la plazuela o rotonda, la de la Fuente de los Ocho Caños, la circular de taza, la oval o la del Escudo. Recuerden aquello del tonto y la linde: ¿veremos nuevos recrecidos en estos receptáculos o tal arbitrariedad se reserva para la maltratada ría del Jardín Romántico? Señores y señoras de la Junta: llévense sus torpes pedruscos al Pisuerga. 


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5. ALTERACIÓN DE LA PEQUEÑA CASCADA DEL MASCARÓN 


Otra caprichosa idiotez en obra nueva: no les bastaba la sencilla composición de este elemento, realizado a base de lajas de pizarra sobre soporte de hierro, rocalla y pieza escultórica, pues toda secta debe dejar huella de su paso –como Atila– para que no quede la menor duda de que allí hicieron de las suyas gastando de lo nuestro: ¿qué engendro van a incrustar en sustitución de la fuente primitiva? 


6. SUSTITUCIÓN DEL SURTIDOR DE LA RÍA POR OTRO DIFERENTE 


Y todavía otra chapuza más del mismo calibre que las anteriores. Esta vez se trata del surtidor de la ría, cuyo funcionamiento se aprecia en varias fotografías antiguas y que se conservaba razonablemente bien: ¿por qué sustituirlo o modificarlo cuando bastaba su reparación funcional? 


7. ¿DÓNDE ESTÁ EL PUENTECILLO METÁLICO DE LA RÍA? 


Tal vez lo hayan desmontado para proceder al decapado de la pintura vieja y su repintado en tono verde montaña, algo que resultaría adecuado, eficaz y baratísimo para un elemento bien discreto que cumplía su función perfectamente, pero ya verán que no: se admiten apuestas sobre el nuevo engendro que sustituirá al puente metálico de la ría, pues la secta siempre elige malgastar el dinero de todos. 


8. PLANTAS  EXISTENTES QUE SE SUPRIMEN


En relación con las plantaciones, se han arrancado o cortado varios pies de lonicera, clemátides añosas como la que trepaba por el arco de hierro o el cenador de la esquina oeste para sustituirlas por rosales anodino que tardarán en dar sombra y flores mientras arrasan con los rosales arbustivos y fragantes ya maduros que había; si se hubieran fijado en la cantidad de fotografías antiguas, y no tanto, de esta terraza en  internet hubieran visto que los rosales y otras plantas de flor abundaban: ¿de dónde se ha escapado la tropa pseudo-jardinera que maltrata El Bosque con cargo a fondos europeos?  


9. PLANTACIONES HISTÓRICAMENTE DOCUMENTADAS QUE NO SE REPONEN 


No es la primera vez que esta secta pucelana desprecia cuanto ignora (como dijera Machado), pero no por ello hay que dejar pasar su contumaz regodeo en la incompetencia. Por tradición oral y en publicaciones diversas al alcance de cualquier técnico (o técnica) que sepa de lo suyo, se puede obtener un amplio inventario de las plantas que hubo en este jardín decimonónico: de hecho, se les facilitó esa información por escrito. Cualquier técnico (o técnica) que sepa lo que debe –y ya se ve que no es el caso– tendría como objetivo prioritario la recuperación de esas plantaciones bien documentadas, pues se trata de un jardín histórico declarado BIC, no del parterre de un nuevo chalecito en las afueras. Vayan a ver la terraza romántica y comprobarán que de tales plantaciones no hay ni rastro: ¿dónde están los macizos de hortensias festoneando la ría?, ¿dónde están los nenúfares?, ¿dónde están los lilos que coronaban el muro entre el jardín y la huerta?, ¿dónde los árboles perdidos en los últimos veinte o treinta años, a excepción del cedro del Atlas? 


10. PLANTACIONES NO DOCUMENTADAS QUE SE IMPONEN POR CAPRICHO 


Sin justificación alguna han plantado  varios frutales que hubieran tenido mejor acomodo en esa terraza de la huerta que no parece huerta, sino campo de fútbol (¡el mundo al revés!), y lo hacen a escasos metros entre sí y de tres libocedros existentes, con la inevitable competencia en cuanto a luz,  nutrientes y espacio vital.


Igualmente por capricho, sin documentación previa que lo acredite, han plantado especies nunca representadas en este jardín, lo cual no sería un problema, dado el carácter de colecciones botánicas que constituían este tipo de jardines en el siglo XIX, donde cada novedad se incluía según se iba descubriendo, especialmente las que procedían de oriente, como los camelios, bergenias, hortensias y un largo etcétera; pero siempre a condición de reponer, tal y como dice el Plan Director las especies perdidas y documentadas. Entre las plantas introducidas se encuentran hortensias de variedades muy distintas a la que conocimos bordeando la ría, o un árbol de los tulipanes; llamativo pero inapropiado, ya que probablemente esté ocupando el lugar de una de las dos higueras desaparecidas que cita el Plan Director: ¿por qué renuncian a las especies acreditadas y a las existentes para sustituirlas por plantas inadecuadas o no documentadas que ni siquiera tienen una relación temporal con la jardinería que se estaba haciendo en esta zona tanto en jardines burgueses privados como en el contemporáneo Parque Municipal, donde lógicamente  trabajaban los mismos maestros jardineros?, ¿quién les da derecho a inventarse un jardín de nuevo cuño a costa de parte de un BIC-Jardín Histórico?, ¿por qué el Órgano (in)Competente consiente el capricho de técnicos (y técnicas) ignorantes frente al rigor del conocimiento experto? 


11. OTROS DAÑOS Y CHAPUZAS JARDINERAS 


Los mismos técnicos (y técnicas), en contra de los criterios de restauración que rigen para los Jardines Históricos, recurren al ubicuo y socorrido césped o a plantas no documentadas como base para las eras del jardín, con pérdida del carácter y la diversidad botánica y cromática preexistentes y sin respetar el tapiz de vinca, hiedra y fresa de las áreas próximas a la escalera de acceso desde la Huerta de los Bojes, tan característico del Jardín Romántico de El Bosque como perfectamente documentado, que, a diferencia del césped, apenas requería mantenimiento. Además, no reponen los árboles desaparecidos, pero bien acreditados en estas áreas: ¿por qué reintroducen el cedro del Atlas y en cambio renuncian a la pícea y el pinsapo abatidos a principios de este siglo?, ¿ven ustedes cómo esta tropa de negados (y negadas) carece de criterio? Se ve que se sacaron el título en una tómbola y nadie les explicó que una restauración debe regirse por principios de intervención adaptativos, viables y homogéneos, pero nunca contradictorios. 


Y no acaban aquí los daños, también se han cepillado las formas de arte topiario que tuvieron los setos de boj, a pesar de estar documentados en fotografías antiguas y de constar expresamente en el Plan Director de El Bosque (2001), vol. I, p. 43, entre otras referencias, dejando toda la terraza con un mismo aspecto de monótono afeitado que le priva de su anterior carácter, ahora más propio de un parquecillo de extrarradio que de un Jardín Histórico secular. 


Más chapuzas: incomprensiblemente, al cenador ovalado del ángulo noreste del jardín, el más visible desde las terrazas superiores, lo han dejado sin la cobertura de plantas trepadoras de la que sí disponen los otros tres: ¿descuido, olvido o la misma falta de criterio que venimos denunciando desde hace décadas? 


Y todavía más: han dispuesto lechos de corteza de pino en torno a las coníferas centenarias, lo que, además de suponer un tratamiento de aburrida jardinería moderna y hortera, incompatible con la época del jardín, puede provocar efectos negativos sobre tales ejemplares arbóreos por retención de humedad y aparición de hongos o insectos xilófagos. 

En definitiva, la secta pucelana no ha cumplido con su responsabilidad restauradora, sino que ha alterado gravemente un espacio singular de nuestro Patrimonio en cuanto a sus valores históricos, sensoriales y botánicos y, en lo que corresponde a plantaciones, además de empobrecerlo, se ha limitado a cubrir el expediente echando mano de recetas jardineras actuales, tan ahistóricas como inadecuadas, y de plantas vulgares de escaso valor disponibles en cualquier vivero para aficionados, esperando que todo parezca nuevo y curioso el día de la inauguración, cuando vengan los responsables políticos a hacerse la foto exhibicionista de turno, y si te he visto no me acuerdo. Lo dicho: nos toman por imbéciles. 


Todas estas alteraciones son contrarias a lo establecido en la legislación y habrían sido tajantemente desautorizadas por la propia Junta, y con razón, si las hubiera cometido un particular: ya saben, multita y bronquita del Órgano (in)Competente con obligación de restituir lo dañado a su estado original, pero entre ellos (y ellas) se lo guisan y se lo comen, se autorizan a sí mismos (y mismas) cualquier bodrio, se la cuelan a las autoridades europeas (que prefieren ponerse de perfil y mirar para otro lado: ¿para cuándo la fiscalización de estas obras por el organismo POCTEP?) y, para mayor escarnio, lo publicitan en medios y redes sociales. ¿Quién nos defiende de aquellos cuya responsabilidad no es otra que preservar nuestro Patrimonio, pero son sus peores verdugos?, ¿quién vigila al vigilante?, ¿quién pone orden en este sindiós causado por técnicos (y técnicas) sin conocimiento, sin sensibilidad y sin oficio? 


Insistimos ante esta horda de advenedizos (y advenedizas), incluidos los políticos, en que quienes defendemos El Bosque desde 1992 (Grupo Cultural San Gil) y 2014 (PDBB) llevamos décadas dedicadas a su estudio y difusión a partir de la documentación de archivo, las fuentes orales y el trabajo de campo, y que hemos realizado y/o publicado decenas de informes y estudios científicos sobre esta villa de recreo, exactamente 104 trabajos en los últimos treinta años, entre ellos una tesis doctoral: ¿cuántos de los sectarios pucelanos pueden decir lo mismo?, ¿por qué prevalece el capricho de indocumentados (e indocumentadas) frente al criterio del experto o el especialista?, ¿por qué para ocuparse de El Bosque vale cualquiera que se arrime a la Dirección General de Patrimonio mientras se ningunea y se desprecia una intensa trayectoria investigadora de tres décadas? 


Desde la Plataforma seguiremos denunciando esta sarta de atropellos sin olvidar los precedentes, perpetrados desde 2002, aunque tendrá que ser ante instancias superiores, y lo haremos hasta que este BIC-Jardín Histórico recupere lo que la Junta regional ha malogrado, desbaratado, desvirtuado o destruido, hasta que las partes alteradas por obra y capricho de técnicos y políticos retornen a su estado primigenio, hasta que desaparezca de un lugar tan frágil como El Bosque toda la chatarra, todo rastro de la terca ignorancia de esta secta, de su actitud prepotente, de su insensibilidad culpable, de su falta de criterio, de su mal gusto y de su pertinaz incompetencia. 

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