Qué es la accesibilidad universal

Hoy en día se define la Accesibilidad Universal como la condición que deben tener los servicios, procesos, entornos, productos, así como herramientas, dispositivos, o instrumentos para que sean practicables y comprensibles por todas las personas en condiciones de comodidad, seguridad y de una forma autónoma y natural.

Anteriormente, solo se refería a la eliminación de barreras arquitectónicas y mejora de los entornos físicos. El concepto ha evolucionado hasta extenderlo a diversos aspectos de la vida de las personas para garantizar el cumplimiento del principio de igualdad de oportunidades y no discriminación, y se asume como una mejoría de la calidad de vida, independientemente de si se sufre alguna discapacidad.

Qué ofrece la accesibilidad universal

Es un derecho recogido en la constitución española en la Ley 6/2022, con modificación del Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social. Es, por tanto, una obligación para las instituciones, empresas y el conjunto de la sociedad el materializar este derecho y ofrecer los medios necesarios (materiales o de otro tipo) para asegurar que ninguna persona encuentre barreras que limiten su autonomía.

No solo va dirigido a personas con algún tipo de discapacidad; toda la ciudadanía se ve beneficiada con este derecho que ampara la igualdad de oportunidades. La aplicación puede abarcar múltiples ámbitos:

• Accesibilidad urbanística y arquitectónica. Consiste en eliminar barreras arquitectónicas de vías y otros espacios exteriores, así como acabar con las barreras en el interior de edificios.
• Accesibilidad en los medios de transporte. Independientemente del tipo que sean (carretera, marítimo, aéreo o ferroviario).
• Accesibilidad en la comunicación. El objetivo es facilitar la interacción a través de distintos canales de comunicación. Está especialmente pensada para personas con discapacidad visual o auditiva, o bien de tipo cognitivo.

Asegurar la accesibilidad en el futuro

Ya se ha visto cómo ha evolucionado el concepto, desde atender solo a una pequeña parte de la problemática (eliminación de barreras arquitectónicas) hasta abarcar un campo de aspectos que integran todos los aspectos de la vida. Poco a poco se reconoce a nivel general, y cada vez más empresas, entidades e instituciones invierten más tiempo y capital en hacerla efectiva.

Para integrar la accesibilidad universal en el día a día, y que en el futuro sea una realidad, es fundamental introducir el concepto de “diseño universal” a la hora de crear o proyectar servicios, entornos, bienes, dispositivos, actividades, etc. Estos deben poder ser utilizados por cualquier persona. Con este objetivo en mente, se tendrá en cuenta que el uso sea:

• Equitativo. Apto para personas con distintas discapacidades.
• Flexible. Que se adapte a las necesidades del individuo.
• Simple e intuitivo. Con información clara y perceptible, independientemente de las capacidades sensoriales
• Que requiera el mínimo esfuerzo físico por parte de la persona. Que su tamaño y manipulación estén al alcance de personas de cualquier estatura o con movilidad reducida.

La accesibilidad universal tiene que formar parte de lo cotidiano, y controlar los aspectos necesarios a través de un diseño del urbanismo, los espacios públicos y los canales de comunicación. Estos tienen que ser realmente accesibles y que permitan que cualquier persona potencie su autonomía personal y pueda utilizar dichos recursos de manera óptima.