Graban un documental sobre despoblación en Béjar y tienen que traer extras de Madrid para que aparezca alguien

Béjar es la segunda ciudad de España mayor de 10.000 habitantes con mayor bajada de censados en diez años. Ha perdido en diez años el 14,9% del censo de la ciudad, a un ritmo de 220 habitantes por año. Ante esta tremenda situación el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, han propuesto a Béjar como la ciudad idónea para grabar un documental sobre las oportunidades del mundo rural.

Así, tras contratar dos serpas y tres zahorís para lograr encontrar la salida de la M-30, han llegado a la ciudad textil, no sin arduas dificultades.

“Hemos vagado durante días por carreteras sin enchufes, sin poder cargar nuestros coches eléctricos diseñados para acabar con el calentamiento global que producen los pedos de vaca y el malvado Putin”, han manifestado a su llegada la comitiva quienes finalmente dejaron sus coches sin autonomía a la salida del túnel de Guadarrama y llamaron un taxi para llegar a tierras bejaranas, no sin antes parar en una bar de carretera con muchos camiones aparcados y decir “comemos aquí, que donde hay camiones se come bien”.

Los componentes del equipo de rodaje, meticulosamente seleccionados por el Ministerio, también se han sorprendido que “desde que salimos de Madrid no hemos visto edificios altos y las carreteras se estrechan, parecía el fin del mundo. Ya nos lo dijeron nuestros ancestros que no se debe salir de Madrid si no es puente, que entre semana la vida fuera de la urbe es muy complicada y solitaria”.

Llegaron a las 8 de la mañana, y tras un rato de asueto para que el director del documental y su staff se acomodarán, tras hacerse una foto con una estornino que yacía muerto en el suelo, con el hastac #Naturaleza #SoyDeMadrid y actualizaran el Twitter, Facebook, Instagram, Tinder, Grinder y los estados del WhatsApp, LinkedIn, Wallapop, y miraran la cotización del Bitcoin, la tarde se adentró sobre la ciudad.

Comenzaron el rodaje, momento en el cual tras buscar y buscar no encontraron a nadie a quien entrevistar en el documental. “Seguro que antes del Covid esto estaba lleno de gente”, se decía unos a otros, por lo que decidieron esperar al día siguiente y que los serpas indicaran el camino a un autobús con actores para realizar el rodaje ante la falta de personal humano.

El documental se gravó, se proyecto en un cine de la Gran Vía madrileña ante personas muy trajeadas, y se publicó en el BOE el coste de la producción, que ascendía a 278.000 euros.

Sin duda un ejemplo en la lucha contra la despoblación que verá sus frutos, pero no será en Béjar, sino en el bolsillo de alguien de la capital.

Moraleja. Si el Ministerio algo quiere hacer por la despoblación, puede abandonar la sinrazón, de medidas del montón, que solo sirven para quienes viven en una gran urbanización. Si el Ministerio ayudar a los pueblos quiere, no cobrar las autovías puede, legislar por una fiscalidad diferente debe y descentralizar los servicios requiere.