UPS: “Mientras PP y PSOE celebran el triunfo del centralismo vallisoletano en Villalar, continua la sangría de la emigración”

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Comunicado Unión del Pueblo Salmantino / Hoy, 23 de abril, día en que populares y socialistas aprovechan para celebrar el triunfo del centralismo vallisoletano en Villalar, en Salamanca, la despoblación se llevará 15 salmantinos más de su tierra. Ayer hemos conocido el censo actualizado que realiza el INE y arroja unas cifras deprimentes, donde observamos con tristeza que la provincia de Salamanca perdió 5.586 salmantinos en el último año.

Para Unión del Pueblo Salmantino frenar la sangría de jóvenes que tienen que emigrar día tras día es un asunto de máxima prioridad. Nuestros gobernantes no pueden quedarse de brazos cruzados ante este hecho y deben actuar ya. Es necesario que las políticas en los campos sociales, educativos y sanitarios, se hagan desde un prisma de desarrollo para Salamanca y no sólo, desde el punto de vista del interés político de Valladolid.

Ya es hora de evitar, que Salamanca continúe perdiendo población activa y puntera por la emigración. Entre todos tenemos que luchar para conseguir crear las infraestructuras necesarias, a fin de obtener el desarrollo deseado de nuestra provincia y así nuestros jóvenes, magníficamente preparados, podrán contribuir a dicho desarrollo sin tener que buscar empleo fuera de Salamanca.

Desde UPS, queremos una política diferente, con una renovación de ideas e intereses, donde se prime la resolución de los problemas. Que el ganadero y el agricultor sientan, como, además de ser escuchados, se trabaja codo con codo para evitar la muerte anunciada, a la que ahora muchos de ellos se ven abocados, propugnando que el valor añadido de los productos del campo se quede en nuestra provincia. Tenemos una provincia donde las energías alternativas (eólica, solar, fotovoltaica, etc.) pueden tener un magnífico futuro siendo una fuente de riqueza para sus habitantes.
Salamanca tiene que decidir sobre su futuro, estamos cansados, de la inoperancia del centralismo impuesto, por las directivas de los partidos mayoritarios, ya sea desde Madrid o desde Valladolid.

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