Ruta Vetona: 100 kilómetros marcados por el excelente trato humano y la deportividad

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Pasados unos días desde la celebración de la Ruta Vetona, y aún con agujetas en el cuerpo, me gustaría valorar esta experiencia deportiva realizada por la comarca bejarana.

Miguel Rodero / La prueba comenzó a publicitarse con muchas luces y sombras, pero la incertidumbre se fue disipando a medida que se aproximaba la fecha de la salida; los caminos se desbrozaban, se balizaban las rutas, se coordinaban los 160 voluntarios que han participado y las inscripciones aumentaban hasta prácticamente aglutinar 300 deportistas, un buen número para una primera edición de una prueba de ultrafondo como son Los 100 de Béjar.

Sin duda, y así me consta, la organización realizará una valoración meticulosa de toda la jornada, y tendrán que ser críticos con algunos aspectos como el trazado para MTB, el cual en mi opinión se debería reajustar en algunos tramos, o mejorar el balizamiento en algunos cruces muy concretos. Pero sería absolutamente injusto que por estas pinceladas que son fácilmente subsanables en futuras ediciones, y que además suceden incluso en pruebas que llevan mucho mas rodaje, se criticase en sobremanera la primera edición de la Ruta Vetona.

Si por algo ha destacado esta prueba deportiva es por su dureza, por la belleza del recorrido y por encima de todo por la calidez que han aportado sus voluntarios y organizadores. No he hablado con un solo participante que no pusiera en valor el maravilloso trato humano que han mostrado los 160 voluntarios de los Grupos de Montaña, personal de los Ayuntamientos, Protección Civil, Cruz Roja y vecinos de los municipios. Y esto sí es un autentico punto a favor para esta prueba, y es obligación de todos reconocer la labor altruista y esmerada de todos ellos, quienes te recibían en cada avituallamiento con una sonrisa, palabras de ánimo y amabilidad, lo cual se agradece siempre, pero en sobremanera cuando uno está “deshecho” por la dureza del trazado.

Cabe destacar el sano espíritu deportivo que se ha respirado en toda la carrera. Se dice que el deporte saca lo mejor de cada uno, y eso ha sido una realidad en La Ruta Vetona, donde las muestras de deportividad se presenciaban en cada kilómetro, alejando el espíritu competitivo de los participantes y mostrando la cara bonita de estas jornadas exigentes.

En mi particular crítica quiero centrarme en felicitar a todos los organizadores y a todos los voluntarios. La calidez y el excelente trato humano se ha convertido en la bandera de la Ruta Vetona, y eso no es una cuestión de presupuesto o disciplina, sino de amor al deporte, por ello esta prueba continuará siendo un éxito con el esfuerzo de todos.

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