Miguel Rodero / Las redes sociales con presencia en Béjar arden con mensajes como el siguiente “Si tenéis que pasar obligatoriamente por Víctor Gorzo ir con mil ojos. Los h.p. tiran un carricoche de bebe a los coches y luego dicen que iba el niño montado” o “Cuidado a los que pasáis con los coches, lo último que les han enseñado a los niños es que se tiren a los retrovisores para así decir que los as atropellado”.
Más allá de si estas afirmaciones suceden todos los días, son actos puntuales o pasan al baúl de las leyendas urbanas, lo cierto es que la zona colindante a Víctor Gorzo se está convirtiendo en un gueto que atemoriza a vecinos, que para entrar y salir de sus casas aseguran sentir miedo. Un miedo recrudecido por el aumento de actos violentos, robos, vandalismo, insultos y amenazas que se está viviendo en esta determinada zona de la ciudad textil.
Tal y como puede conocer este medio, un grupo de vecinos estarían manteniendo conversaciones para atajar esta situación ante lo que ellos consideran “pasividad de las autoridades”, y si bien no nos trasmiten que utilicen la violencia como herramienta, dicen claramente estar “al límite de lo que podemos soportar”. Un sentimiento que se ha profundizado tras la última paliza que propinaron a una mujer mientras trabajaba en un establecimiento comercial de la zona.
La indignación ciudadana va en aumento, y así los vecinos manifiestan en foros que esta situación supone “Una vergüenza que nadie haga nada y los que vivimos en Víctor Gorzo nos tragamos toda esta mierda. Invito a la señora juez que lleva el caso que venga a vivir unos días a mi casa para que vea en las condiciones que vivimos”.
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