AMDEVE: "La falta de igualdad entre hombres y mujeres nos perjudica a todas las personas"

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Comunicado AMDEVE / A partir del debate suscitado a partir de diversas declaraciones sobre la utilidad de los planes de Igualdad nos gustaría hacer varias reflexiones. Es preocupante que los debates sobre temas de gran relevancia se diriman de la forma tan insustancial y se desaprovechen las oportunidades para hacer un poco de pedagogía social y sean útiles para la sociedad, por esta razón quiero hacer unas aportaciones que permitan generar opiniones personales y debates un poco más serios.

En primer lugar, es conveniente darse cuenta que un plan de igualdad (de juventud, de prevención de drogas….) no es un objeto en sí mismo, es un instrumento, una herramienta para conseguir determinado objetivos.Los planes se hacen para establecer de forma consensuada entre todas las partes implicadas: entidades, agentes sociales, personas afectadas las necesidades más importantes que tiene el colectivo afectado, en este caso hombres y mujeres, por una problemática social, en este caso las dificultades derivadas de la desigualdad social en sus aspectos de desarrollo social, de prevención de violencia, económicos, de empleo.... Y no sólo eso, permite que de esta forma, colectiva, se definan cuales son las prioridades que hay que abordar.

Precisamente estos dos aspectos, de la participación social y la definición de necesidades y prioridades, permiten que se trabaje a medio y largo plazo y ajeno a intereses particulares y la inmediatez de determinadas decisiones políticas (por lo menos en la teoría).

Desde la IV Conferencia Mundial de Naciones Unidas de Pekín se consensuó la necesidad de trabajar, a nivel mundial, de una forma transversal los temas de igualdad, mainstreaming de género. ¿Qué significa este planteamiento?, significa que a partir de ese momento hay un mandato, una nueva forma de trabajar en todos los estamentos fijando la atención y focalizando desde todos los ámbitos, salud, empleo, cultura…donde existen desigualdades para darle soluciones integrales. En nuestra Comunidad Autónoma, tenemos ejemplos muy interesantes de esta forma de trabajar, recientemente se ha aprobado el Plan Autonómico para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres y contra la Violencia de Género de Castilla y León 2013-2018.

Este planteamiento, nos referimos a la creación de un plan, en este caso de igualdad, añade según lo planteado más arriba una cuestión importantísima a nuestro juicio y es que involucra a muchas áreas y entidades que de otra forma no se plantearían su papel relevante en el abordaje del tema. Pero también hay que añadir otra cosa fundamental a un plan y es su capacidad de organizar los recursos y hacerlos más eficaces. Al igual que sucede con otras situaciones como son salud, juventud, prevención de drogas,… sucede que los recursos existentes están diseminado y a veces duplicados, o no atienden bien las necesidades. También se da la circunstancia que algunos recursos no están ligados exactamente a la temática en cuestión y realmente son muy importantes, un ejemplo clarísimo es el tema de los recursos deportivos y la prevención de drogas en otros ámbitos y en este que nos ocupa, las asociaciones de padres y madres como agente de igualdad. Un plan sirve así mismo para orientar y evaluar los cambios que se han propuesto de una forma objetiva dando así pistas de por donde hay que continuar.

Bien, pues, una vez analizando el interés que pueda tener poner en marcha un plan tendríamos que ver llevar a cabo un plan de igualdad. Nos gustaría empezar diciendo que cuando se habla de esto empezamos cometiendo un gran error y es pensar que la igualdad es un tema de mujeres.

La falta de igualdad entre hombres y mujeres nos perjudica a todas las personas en su conjunto desde una perspectiva general a nadie en su sano juicio le gusta vivir en una sociedad que trata a una personas de una forma o de otra por cuestiones de nacimiento (por lo menos nadie se atrevería a decirlo) sobre todo porque todos y todas tenemos hijas, hermanas, madres… es decir, que nos afecta de forma directa que las mujeres tengamos más dificultades a la hora de acceder a determinados ámbitos, que trabajemos más horas en las labores domésticas….

Pero también hay otras cuestiones de carácter más puntual pero no menos importantes que nos afectan en nuestra vida diaria con cosas tan concretas como que nuestros hijos tienen más riesgos de siniestralidad en la conducción que nuestras hijas porque tienen menor percepción de riesgo (tienen que conducir con mayor temeridad para ser más hombres) o que nuestras hijas tengan que reducir sus tallas de ropa poniendo en riesgo su salud…..y tantas cosas

A todas luces, todos y todas queremos vivir y que vivan nuestros
conciudadan@s, en un entorno familiar adecuado libre de violencia, que facilite una educación en valores donde los conflictos se resuelvan de forma que nos ayuden a crecer y no nos destrocen la vida. No hay que olvidar que todo eso se lleva después a la vida en comunidad que hace más fácil o difícil la vida de todas las personas.

Es cierto que un plan no va a arreglar por sí solo todo esto, pero lo que sí es cierto es que va a cambiar el discurso social haciendo dando visibilidad a comportamientos deseables y a opiniones que refuerzan actitudes positivas hacia la igualdad y eso es ya algo.

Otro error muy frecuente es la creación de planes que no se los cree nadie (nos referimos a quien los promueve) que se convierten en un documento, inexplicablemente carísimo muchas veces y muerto puesto que se piensa que una vez hecho no hay nada más que hacer, cuando como planteaba al principio es un instrumento (digamos la arcilla con la que haremos la escultura, el objetivo es la escultura no la arcilla obviamente).

En esta línea muchas veces a partir del plan se ponen en marcha actividades que se corresponden con algún objetivo muy específico y que finalmente pierden sentido porque nadie comprende la finalidad de las mismas y el contexto en las que se producen, de hecho si no se comprenden bien, no se explican ayudan a reforzar lo contrario de lo que se pretende. Las críticas más fuertes hacia este activismo sin sentido siempre han venido de los colectivos más implicados a los que curiosamente se les pregunta a la hora de construir el plan y ya no se les vuelve a preguntar hasta que finaliza, en el mejor de los casos.

Para nosotras el valor de la planificación es incuestionable. Ahora bien la eficacia de este esfuerzo depende de la motivación que tengamos de forma colectiva (entidades, profesionales, colectivos,…) de la capacidad de consensuar los objetivos y por supuesto, de las ganas de dinamizar y articular su funcionamiento de dicho plan.

La igualdad entre hombres y mujeres es un tema que nos afecta de forma colectiva en nuestra vida privada y pública, en nuestro día a día y es el origen de uno de los mayores horrores de nuestra sociedad que es la violencia, incluso la muerte, en un ámbito que debería ser el que nos protegiera y nos hiciera más felices que es la vida de pareja, familia, si este asunto no merece la pena no sé que es lo que nos puede importar.

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