Trabajadores y CC OO rechazan el ERE de suspensión de Pedro Diego

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  • La empresa, radicada en Cantagallo, ofrece despedir al 50% de la plantilla e indemnizarles con 10 días por año con un máximo de seis meses.

Elena Gómez | Norte de Castilla / Los trabajadores de la empresa Pedro Diego, dedicada al sector de los embutidos y radicada en Cantagallo, recibieron la semana pasada una notificación en la que se les informaba la decisión de la empresa de iniciar un ERE de extinción de contratos.

Unos días después de esta notificación, que cayó como un jarro de agua fría entre los empleados, el comité de empresa recibió la documentación relativa a este expediente de regulación y fueron citados el mismo día por la tarde para empezar las negociaciones con los responsables de la empresa.

«Nos reunimos con ellos, pero lo que les dijimos fue que pospusieran la reunión hasta el día 11, para poder revisar toda la documentación, ya que en ese momento se abriría el periodo de consulta y habría 15 días para cerrar las negociaciones», señala Fernando Luengo, de Comisiones Obreras(CC OO), sindicato que está llevando el tema y con representación en el comité de empresa de Pedro Diego. Ante esta solicitud, Luengo señala que «no se han manifestado y aunque sí hay una reunión programada para el día 11 no sabemos si aceptarán los 15 días a partir de ese momento o ya están contando».

En cualquier caso, las condiciones que a priori ofrece la empresa en este ERE no convencen ni a trabajadores ni al sindicato. «Nos ofrecen un EREpara despedir al 50% de la plantilla con una indemnización de 10 días por año trabajado, con un máximo de 6 meses, es vergonzoso», señala uno de los trabajadores, quien prefiere mantener su anonimato dado que el proceso está abierto. En la misma línea se manifiesta Luengo quien indica que «lo mínimo que marca la ley es 20 días por año con un máximo de 12 meses», asegurando que «no vamos a aceptar menos de eso de ninguna manera, no se puede, que nos hagan una oferta seria y no se rían en nuestra cara».

Segundo ERE

Este ERE no es el primero al que se enfrentan este año los trabajadores de la empresa Pedro Diego.

El pasado 13 de marzo la empresa presentó otro ERE, en esa ocasión de suspensión temporal que afectó a toda la plantilla, con una reducción del 40% de la jornada laboral durante un año.

Sin embargo, algunos trabajadores denuncian que «no se ha tratado a todos por igual» y aseguran que algunos no han vuelto a trabajar desde ese día, uniendo el ERE (que afectaba a más de 140 días) con las vacaciones.

«Cuando quisimos volver al trabajo porque se nos había acabado el ERE no nos querían dejar, y al final cedieron y nos dieron las vacaciones», señala uno de los trabajadores, quien asegura que, mientras que algunos no han vuelto por la empresa, a otros aún no ha empezado a aplicárseles el ERE «y en el caso de que se lo aplicaran ya no cumplirían los días indicados».

«La empresa quería, en un principio, que ese EREde suspensión temporal fuera por dos años y solo afectara al 50% de la plantilla. Con la negociación conseguimos que, aunque afectara a todos, solo lo hiciera durante un año y sobre el 40% de la jornada».

Sin explicaciones

Los afectados denuncian, además, que no se les ha dado mayor explicación sobre porqué se ha llegado a esta situación.

«Nos dicen que es un tema de dinero, pero no nos dicen más, de hecho cuando se hizo el primer ERE se tendría que haber creado una comisión de seguimiento del mismo para informarnos de cómo iba el ERE y de temas de viabilidad y facturación, pero a día de hoy no se ha creado», asegura uno de los trabajadores afectados. «No nos informan de nada, pero a nosotros se nos va consumiendo el paro y ya no se recupera en caso de despido», se lamenta.

Por otra parte, señalan que, a todo ello, se suma un importante retraso en el pago de las nóminas desde hace más de dos años.

Este periódico, con el objetivo de mostrar la versión de todas las partes y permitirle a la empresa dar alguna explicación, se ha intentado poner en contacto con los responsables de la misma en numerosas ocasiones, indicando al interlocutor –un intermediario– el motivo de la llamada. Todos estos intentos, finalmente, han sido en vano, ya que no ha sido posible entablar dichas conversaciones.

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