ugtcyl.es / Según los datos publicados hoy, el número de desempleados en Castilla y León ha descendido respecto al mes de marzo en 11.455 personas, llegando a los 25.671 parados menos que hace un año, lo que sitúa la cifra total en 208.462 desempleados en el mes de abril. Este descenso es el mejor de toda la serie histórica, sin embargo tenemos 13 parados menos que en diciembre de 2011 y unas condiciones laborales y sociales mucho peores. Seguimos teniendo más de 200.000 parados, empleos precarios, un incremento de la precariedad en las percepciones por desempleo, con un descenso continuado de los beneficiarios de prestaciones y las cuantías de las mismas, y una recuperación del empleo basada en un modelo productivo conocido, con un marcado carácter estacional y sustentado en actividades de menor valor añadido. Nos encaminamos hacia un sistema basado en bajos constes laborales, con escasa inversión en tecnologías y formación, en el que prima el trabajo precario, temporal y a tiempo parcial.
11.455 parados menos que en el mes de marzo, 25.671 parados menos que hace un año, lo que la convierte en la mejor serie histórica, sin embargo seguimos teniendo más de 200.000 desempleados (208.462).
A pesar de estos datos, en los últimos tres años y medio desde que Rajoy llegó al poder en diciembre de 2011 en Castilla y León sólo tenemos 13 parados menos que en dicha fecha, lo que supone que para Castilla y León esta es una legislatura perdida para el empleo.
En cuanto a la contratación, durante la crisis, sobre todo gracias a la reforma laboral, la doble precarización de la temporalidad y parcialidad, ha crecido exponencialmente: más del 40% de los contratos registrado en 2013 y 2014 duraban días, frente a un 27% en el año 2007.
La precariedad también se hace patente en la percepción de las prestaciones por desempleo, ya que cada vez son menos los beneficiarios (46%) y dentro de los que perciben prestaciones la mitad lo hacen a través de subsidios y no de prestaciones contributivas. 4 de cada 10 desempleados llevan más de dos años en el paro y 2 de cada 3 más de un año.
Desde UGTCyL mostramos nuestra preocupación por las tendencias que se están configurando en el mercado de trabajo y que giran en torno a tres ejes:
– El incremento del empleo incorpora rasgos de precariedad.
– La extensión de la precariedad a los beneficiarios de prestaciones por desempleo, y a las cuantías medias de las mismas.
– La recuperación del empleo se está basando en un modelo productivo ya conocido, con un marcado carácter estacional y sustentado en actividades de menor valor añadido.
Para UGTCyL nos encaminamos hacia el pasado, corriendo el riesgo de encontrarnos con los mismos obstáculos: un sistema basado en bajos costes laborales, con escasa incorporación de inversión en tecnologías y formación, y en el que prima el trabajo precario, temporal y a tiempo parcial, exigiendo una menor cualificación de las personas. Junto a ello un elevado volumen de desempleo estructural, de larga duración, sin derecho a prestaciones y que limita la vuelta a muchas personas al empleo.
Sin las políticas económicas y de empleo adecuadas se trata, en definitiva, de un modelo que conduce hacia un deterioro de la calidad de trabajo y de la calidad de vida de los ciudadanos.
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