La penosa reacción ciudadana ante la denuncia de una violación en Salamanca

|

Algunos comentarios lanzados en la web de un periódico provincial de Salamanca

Una opinión de Miguel Rodero para esHORA Salamanca /Hace escasas horas se conocía que una joven inglesa, que se encuentra en Salamanca cursando estudios de español, interponía denuncia por una presunta violación. Por este motivo la Policía Nacional ha detenido a un joven de 30 años, como presunto autor de un delito de agresión sexual, siendo ya puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia, según informa la Comisaría de Salamanca.

Pero tras la noticia se esconde la vergüenza y la falta de consideración de cientos de comentarios anónimos “vomitados”, principalmente, en páginas informativas salmantinas que permiten comentarios en sus noticias. Una circunstancia que en absoluto criminalizo, es más me parece perfecto que se fomente la libertad de expresión, pero conviene tener un mínimo pudor para que el morbo y las injurias no superen los límites de la libertad de expresión en casos tan absolutamente sensibles como pueden ser una posible violación.

Según el fiscal general del Estado, desde 2009 solo un 0,005% de las denuncias por violencia contra las mujeres se saldaron con una condena por acusación falsa

Esta opinión no es para dilucidar si la presunta violación se produjo o no, me faltan muchos datos para poder tener esa certeza, pero si para manifestar mi repulsa al ver como desde el más cobarde del anonimato se ataca desconsideradamente a una persona que ha interpuesto una denuncia por sentirse violada. Será un juez el que determine si es cierto o no, pero no creo que ninguno de esos comentaristas sepan alegremente sentados en su casa lo que realmente sucedió sobre las 6:00 horas del pasado día 12 en la habitación de la joven.

Se calcula que al menos un 6% de las españolas de entre 18 y 74 años ha vivido algún suceso de violencia sexual después de los 15 años, esto es, alrededor de un millón de mujeres.

Mi absoluta condena también se dirige a quienes, con la misma falta de pruebas y frivolidad, juzga y condena de antemano al joven denunciado. Una pena que todos nos creamos con plena capacidad de impartir justicia simplemente por tener un smartphone, tablet o teclado en nuestras manos.

Como sociedad y como individuos sabemos mucho más de cómo evitar problemas con una compañia telefónica que cómo reaccionar ante una violación.

Comentarios