La Ancianita es, y será, la Plaza de Toros más antigua del mundo

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En 1.711 se inauguró La Ancianita, así se llama la Plaza de Toros más antigua del mundo que se ubica en la salmantina localidad de Béjar, en un paradisíaco paraje llamado El Castañar que rezuma la historia que vetones, romanos, visigodos, árabes y judíos han dejado con el paso de los siglos.

Y parte fundamental de esa historia es la Plaza de Toros y sus ferias taurinas, las cuales han servido de punto neurálgico de las festividades no solo para los pueblos limítrofes de la villa ducal, sino que por su situación privilegiada es la mitad del Camino de La Plata, y así se enriquecía atrayendo el interés de poblaciones de mucha entidad histórica como Barco de Avila o Hervás.

La historia de la Plaza de Toros más antigua del mundo, es la siguiente :

Durante la menor edad del duque D. Manuel de Zuñiga, regentaba el Ducado de Béjar su madre, Dª Teresa Sarmiento de la Cerda, viuda del duque D. Juan Manuel I y el año 1667, la Cofradía de la Virgen del Castañar pidió licencia a dicha Señora para guiar unos toros en el monte donde esta santa imagen se venera, destinando el producto que de ello se obtuviera a gastos de la obra que se estaba haciendo en el Santuario de la Patrona de Béjar y Comarca.
La duquesa madre, que se hallaba entonces en Madrid, no accedió a la demanda, por parecerla que la función taurina no era medio adecuado al fin piadoso que se perseguía y dispuso que en lugar de toros se hiciese una soldaresca o cosa análoga, ofreciendo por su parte, pagar la cantidad que costara un toro.

El paisanaje no esperó a que llegara la respuesta de la duquesa ni, por lo tanto, la autorización pedida e improvisando una plaza cerrada con maderas, tuvo en ella la fiesta que había proyectado y tal fiesta fue la primera lidia de toros que se celebró en El Castañar. Enterada de esto Dª. Teresa, depuso al juez que permitió que ésta función taurina se celebrase.

Diez años después, el duque D. Manuel I, contrajo matrimonio y tuvo un hijo fruto del mismo. Sus obligaciones castrenses le obligaban a residir la mayor parte de su tiempo fuera de Béjar por lo que la Duquesa madre, gobernaba esta villa, impidiendo, que alguna fiesta de toros volviera a celebrarse en El Castañar. D. Manuel, militar de vocación y profesión, guerreó en Flandes y combatió a los turcos en la ciudad de Buda, hoy Budapest, encontrando la muerte en este lugar. Al morir este, tomó posesión del Ducado de Béjar, su hijo D. Juan Manuel de Zuñiga, militar también, que sirvió a Carlos II y al primer Rey borbónico Felipe V en la Guerra de Sucesión.

En este tiempo se levantó en El Castañar una Plaza de Toros, ya metódicamente construida, con maderas enrejadas, en la cual se celebraron por segunda vez, en tan hermoso monte, grandes fiestas taurinas en el verano de 1707, con motivo del nacimiento del Príncipe de Asturias, que luego reinó con el nombre de Luis I. El permiso que negó su abuela en 1667, cuarenta años después, lo vino a conceder el duque D. Juan Manuel de Zuñiga y el buen éxito que estas corridas tuvieron, acaso le indujera, poco tiempo después a conceder que la plaza de madera enrejada se sustituyera por el coso taurino de obra de fábrica permanente, que se levantó en el pintoresco monte de El Castañar y que hoy es la Plaza de Toros mas antigua de cuantas existen en España.

Los párrafos de éste articulo escritos en letra cursiva, han sido tomados íntegramente del libro “La Plaza de Toros de Béjar, es la mas antigua de cuantas existen en España”, escrito por el historiador D. Juan Muñoz García, ya fallecido.

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