La uniformidad en las empresas: haz tu marca reconocible

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El nuevo concepto de RRHH evita la uniformidad de la plantilla

La ropa de trabajo o el llamado uniforme, ha sido la tónica generalizada durante años en las empresas. Los nuevos conceptos económicos y la evolución de los servicios han sacado este tipo de prendas de los centros de trabajo, pero ¿esto obedece a un visión en la relación del empleador y el trabajador, o a un cambio de mentalidad social?

El uniforme se ha entendido como una manera de igualar a todos los trabajadores en el centro de trabajo, pero en la actualidad este tipo de prendas tiene una función muy diferente a la que tuvo en sus inicios. Si al principio de la etapa industrial el uniforme era una obligación para la empresa, los nuevos modelos de reivindicación personal mediante la estética los han puesto de moda otra vez.


La ropa laboral como obligación de seguridad para el trabajador

Debemos distinguir los ámbitos de trabajo para entender la evolución de la ropa laboral. Si bien es cierto que los modelos productivos industriales requerían, y requieren, de una uniformidad basada en prendas de trabajo que cumplan unas características técnicas de seguridad para el empleado (trajes ignífugos, botas de seguridad, guantes anticorte,…), el nuevo modelo de producción desarrollado mediante la prestación de servicios pone de relieve que la presencia del empleado ya no se realiza en una fábrica o industria, sino en una oficina.

No obstante, las fábricas e industrias continúan requiriendo de este tipo de ropa de seguridad, pero la masa laboral ahora presta sus servicios en centros de trabajo y establecimientos de cara al público.

Los nuevos escenarios de trabajo: la ropa del trabajador como signo de la marca

La ropa personalizada con el logo de la empresa ha evolucionado. Ha pasado de ser una prenda en la que el logo aparezca sin más, a ser incluso un elemento de distinción de la propia marca de cara a sus clientes. Por ejemplo las aerolíneas firman cada año contratos con grandes marcas para diseñar uniformes que las distingan del resto de su competencia.

Estos nuevos modelos de imagen corporativa requieren camisetas personalizadas, pantalones ajustados a las necesidades del trabajador y un estudio que evalúe la respuesta del cliente ante la imagen que ofrece el trabajador mediante su uniforme.

Si nuestra empresa ofrece servicios de cara al público, deberíamos estudiar nuestro mercado y el cliente tipo que adquiere nuestros productos. Una apariencia desenfadada está muy bien para determinados servicios, pero no sería lo más adecuado para sectores como el financiero y el legal.

Si por el contrario nuestro target de mercado está conformado por personas jóvenes, podemos explorar la posibilidad de dotar a nuestros trabajadores con sombreros personalizados que hagan de la experiencia del comprador algo más divertida y agradable. En este punto es importante conocer a nuestro cliente y saber cómo reaccionara a este tipo de indumentaria.

Otro beneficio de la ropa personalizada en el ámbito de la empresa, es la manera en la que el cliente reconoce la marca y el servicio. Un buen ejemplo es el que se da con los carteros y sus características bolsas mochila personalizadas, que son llamativas y fáciles de reconocer a lo lejos.

Con una pasada rápida, todos sabemos qué es el cartero y rápidamente nos viene a la cabeza la marca y la empresa que presta los servicios. Esta es una estrategia de marketing cuidada que parece funcionar muy bien y hace que tu marca esté presente en la calle sin gastar más dinero en publicidad.

Otros beneficios de la ropa laboral completamente personalizada es la facilidad que tiene el empleado para estar siempre adecuadamente vestido en lugar de trabajo. La empresa no debe olvidar que sus trabajadores representan esa primera imagen que tiene el cliente y el factor humano es muy importante para crear seguridad en cualquier venta.

Una uniformidad adecuada y neutra, elimina cualquier tipo problema que pudiera existir sobre la imagen que da la marca frente a sus clientes.

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