Para conocer Castilla y León es necesario hablar de su evolución histórica, sus asentamientos, su patrimonio, su geografía. Las largas distancias que hay que recorrer entre diferentes puntos de la Región, tales como los 470 kilómetros de Ágreda, en Soria, a la salmantina Ciudad Rodrigo o los 509 entre Villafranca del Bierzo, en el norte de León, y Arcos de Jalón, también en Soria, dan una idea de su amplitud.
No en vano dicha extensión ha situado a la Comunidad como la mayor de España y una de las más extensas de la Unión Europea.
Entre tantísima extensión no es de extrañar que esta histórica comunidad atesore la potente cifra de 2.248 municipios, lo cual nos puede hacer una idea del potencial turístico que desprende esta tierra entre montañas de la cual hoy queremos destacar 3 de sus municipios que aún mantienen el aire de pueblos medievales que tan de moda están poniendo series como Juego de Tronos en los últimos años.
De aquellos gloriosos años se puede ver aún hoy una antiquísima fortaleza trasformada en palacio ducal en el siglo XVI y en cuya atalaya principal hoy se puede disfrutar de la denominada “cámara oscura” desde donde contemplar Béjar y sus alrededores. También un tramo de muralla del que los visitantes podrán recorrer su adarve junto a algunas de sus históricas puertas o el restaurado convento San Francisco reconvertido en Centro Municipal de Cultura.
Más allá de la época medieval Béjar tiene mucho que ofrecer como el Jardín Renacentista de El Bosque (Siglo XVI), la plaza de toros más antigua de España (año 1711), el Teatro Cervantes (siglo XIX) o un espectacular museo que nos hace caminar por el imponente pasado textil de la ciudad. Todo ello rodeado de parajes inigualables, una potente gastronomía bejarana y de magníficos pueblos como Candelario, Montemayor del Río o La Alberca.
Uno de los más valiosos monumentos de la Ciudad de Frías es su puente sobre el Ebro. Puede decirse que su origen fue de construcción romana y reconstruido varias veces en la Edad Media. Una obra magnífica que no empequeñece el bien conservado castillos situado sobre una peña que domina el Valle de Tobalina, que además es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, teniendo un gran valor estratégico.
Su recinto amurallado, iglesias románicas y lavaderos son el escenario perfecto para preservar las muchas fiestas y tradiciones con las que cuentan en este municipio de poco más de 250 habitantes.
Ambos caminos han marcado las distintas influencias culturales, que a lo largo de más de dos mil años han ido conformado su carácter de ciudad acogedora y su destacado patrimonio monumental, artístico y gastronómico.
Las Fiestas de Astures y Romanos, declaradas de interés Turístico Regional, representan a la perfección lo expuesto con diversos actos de recreación histórica destacando el circo romano, el recibimiento del César, el desfile de vencedores, el mercado romano y las jornadas de la cocina astur-romana.
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