La crispación política en Béjar alcanza el nivel 10 de la escala "Sálvame"

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Una opinión de Miguel Rodero

En el año 2018 era la primera vez que el barómetro del CIS pregunta por la crispación y tensión instalada en la vida política. Y ya en esos tiempos, más tranquilos que ahora, el 91% de los españoles consideran que había bastante o mucha crispación, y curiosamente la mitad de ese grupo atribuye a los partidos políticos la responsabilidad principal sobre ese clima de dificultad.

No voy a extrapolar datos de nivel nacional a nivel local, pero no descubro la pólvora al asegurar que esos porcentajes no se alejarán mucho del sentir de los votantes bejaranos, es más la crispación en Béjar está a nivel 10 en la escala “Sálvame”.

Llegados a este punto la pregunta sería ¿a quién beneficia la crispación?. Pues supongo que todos pensarán que a ellos mismos.

El Partido Popular en su posición de reafirmarse como el partido ganador de las pasadas elecciones. El PSOE para subrayar que son el partido de Gobierno. Ciudadanos para mantenerse en ese papel de concesor (si me permiten la palabra que dudo esté en algún diccionario) y TAB en su necesidad de matizar que ellos son parte de la oposición.

Como ven ecuación compleja para despejar la “x” , y por ello formulo otra cuestión más adecuada: ¿Cómo devolver la dignidad y el respeto a las palabras? Pues como decía Eugenio Trías “¡Cultura, cultura y cultura, y educación por parte de todos! De gobierno y oposición. Porque la materia pendiente es el sector educativo y cultural”.

Demuestrenos amigos políticos que no tienen necesidad de utilizar unlenguaje político limitado, pobre, torpe y repetitivo. Que pueden argumentar sin mentar madres. Que son capaces de realizar una inteligencia en la crítica y utilicen la refinada ironía.

Y por favor, siempre respeto hacia el discurso del adversario. De no ser así se hace inviable el diálogo imprescindible en el logro de acuerdos que hagan factible el consenso. Ejemplo de ello el último pleno.

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