Qué hacer si el administrador no cumple sus funciones

|

Lamentablemente, en los últimos tiempos las reclamaciones cursadas contra profesionales en España han crecido como no podía esperarse, y una de las actividades que mayor degradación demuestra es la de los administradores de fincas.

Y es que, si bien existen muy pocos sectores que puedan escapar a esta lógica, en este en particular nos encontramos con que las situaciones que involucran administradores en fincas suelen ser especialmente sensibles, por la relación que se establece con ellos, como también a partir de las dudas en torno al procedimiento que se debe llevar a cabo para terminar cualquier vínculo.

Las situaciones de mala praxis en administración de fincas son mucho más habituales de lo que nos gustaría pensar, ya que si bien se presupone nos referimos a un colegiado que cuenta con determinados conocimientos que respalda un título, más de una vez su accionar deja que desear.

Por lo general, existe entre los propietarios de una finca y el administrador un contrato, escrito o verbal, en el que se resumen cuáles son las actuaciones que le corresponden, de manera tal que basta acogerse a la responsabilidad civil profesional que le cabe por ocupar esa posición.

Es necesario aclarar que, para que una denuncia contra el administrador prospere, resultará necesario que haya incurrido en alguna de las formalidades que recoge la ley al respecto:

En primera instancia, hablamos de la acción u Omisión del ejercicio de sus funciones, sobre todo si éste deriva en un perjuicio que se puede cuantificar e individualizar. Lo mismo ocurre cuando se sobrepasan los plazos establecidos para las inspecciones de seguridad.

De igual modo, también son frecuentes las situaciones de negligencia en el cumplimiento de sus funciones, que representan los mismos resultados mencionados anteriormente. En tales condiciones, de comprobarse su dolo o conciencia sobre el perjuicio, puede ser excluido de inmediato.

Lo mismo sucede cuando hay evidencia suficiente que demuestre la causalidad entre su conducta y el resultado dañoso, cuando debe abrirse una investigación. Si se prueba su inconducta, el Colegio Profesional de Administradores de Fincas local deberá indemnizar a los perjudicados por ella.

Todo esto que señalamos deja en claro, una vez más, la vital importancia que tiene el contar con administradores de fincas de confianza, profesionales que realmente se dediquen a ello, y no que estén buscando un método de subsistencia sencillo a costa de empeorar la calidad de vida de los propietarios quienes le han otorgado este puesto.

¿Cómo estar seguro de que un administrador hace bien su trabajo? Para comenzar, siempre conviene que represente a una compañía, ya que de ese modo habrá alguien más revisando sus actuaciones para cuidar el buen nombre de la empresa.

De la misma manera, otro beneficio de este tipo de firmas es que ofrecen servicios integrales, encargándose no sólo de la administración de fincas sino también de las reformas que resultasen necesarias. Incluso, asesorando sobre propiedad horizontal y manteniendo las instalaciones. Únicamente ellas pueden brindar un servicio personalizado, que se adapte a tu finca y no al revés.

Comentarios