No es momento de NINGUNA concentración

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Una opinión de Miguel Rodero

Un país que sostiene muertes y contagiados a diario como consecuencia del coronavirus debe apuntalarse con la prudencia y la responsabilidad.

La situación de polaridad política que estamos soportando, y el concepto de “las dos Españas” nos hacen ver que una concentración es correcta o no en función de quien es su convocante, olvidando que aún vivimos momentos de incertidumbre y que nos encontramos en un proceso de desescalada acelerado por aspectos económicos y políticos, pero no sanitarios o sociales.

No era el momento hace unos días de alentar caceroladas en las calles contra el Gobierno sin saber si esas citas podrían suponer un problema de salud pública, ya que aunque se pida “distancia social” habría sido imposible cumplirla si a la llamada hubieran acudido 500 personas (véase la ciudad de Salamanca).

Mismo motivo y argumento para no gustarme que el Ayuntamiento invite a un minuto de silencio en la puerta del consistorio con motivo del luto nacional. Cierto es que estás convocatorias son poco numerosas y la zona es amplia, pero la convocatoria genera una falsa sensación de normalidad social en la cual no estamos aún, o no deberíamos estar aún.

Y aunque a todos nos hierva la sangre en la defensa de nuestra Sanidad Pública, y sintamos la necesidad de apoyarla en estos momentos duros, no es el momento de alentar concentraciones de las cuales no podemos calcular su repercusión e impacto sanitario en una comarca envejecida que llora medio centenar de muertes y deja importantes secuelas sociales.

Quienes piden un cambio de Gobierno, los que queréis exteriorizar el dolor del luto, o las muchas personas que sentimos una deuda eterna con nuestra Sanidad, la prudencia y sensatez nos debe hacer esperar en estas reivindicaciones.

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