Operador de dron, una profesión en auge

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No importa realizando qué tipo de tareas los imaginemos. A estas alturas, nadie duda de que los drones serán grandes protagonistas del futuro cercano. Desde lo que refiere a la entrega de paquetería en centros urbanos, hasta la posibilidad de mejorar la lucha contra diferentes catástrofes naturales, estos dispositivos voladores no tripulados modificarán la forma en la que vivimos.

Como consecuencia casi inmediata de ello, como así también de la cada vez más variada oferta que tenemos en drones, es que en los últimos años hemos asistido a un boom de nuevos operadores. Como operadores conocemos, por supuesto, a aquellas personas que se encargan de controlarlos, puede ser para una productora de drones, un emprendimiento particular o su propia diversión.

Basta echar un vistazo, sin ir más lejos, a los últimos datos provistos por la AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Según este organismo, a finales de 2019 teníamos en España 6.044 ciudadanos habilitados como pilotos de vehículos aéreos no tripulados o RPAS, como se los conoce por sus siglas en inglés. Es decir, un incremento del 20% aproximadamente frente al año anterior.

¿Qué formación se necesita?

Evidentemente, estos dispositivos se están transformando también en una salida laboral, atendiendo por ejemplo a aquellos que ofrecen sus servicios de drones en bodas, cumpleaños, eventos empresariales, etc. Pero si quieres sumarte a esta tendencia, será necesario que antes pases por un período de formación que acredite, al finalizar el mismo, que estás en condiciones de pilotarlo.

La forma más sencilla de demostrar tus conocimientos al respecto es buscar el certificado que emiten las ATO, y que funciona del mismo modo que un certificado médico, constatando nuestra aptitud para determinada tarea. Estas ATO cuentan con el aval de la AESA para emitir certificados a los nuevos pilotos que hayan superado las horas de formación teórica, como las sesiones prácticas.

De más está decir, por otro lado, que la diferencia principal entre un piloto amateur de drones y uno profesional radica en cuestiones como las horas de experiencia y lo avanzado de sus equipos. Generalmente, quienes trabajan de esto suelen invertir en los últimos modelos del mercado, ya que eso les permite brindar un producto más acorde, a la altura de lo que los clientes pretenden.

De hobby a labor profesional

Más de una vez, esos drones que fueron adquiridos como un juego o un equipo para pasar el rato en casa o al ir de vacaciones con amigos o la familia, se transforman en una salida laboral que permite a sus propietarios ganar algo de dinero, sin estar atados a horarios de oficina ni otras obligaciones.

Por esta razón, y mientras esperamos que entre en vigencia la nueva normativa europea acerca del uso de drones, una que intentará equiparar las legislaciones de cada país sobre estos dispositivos, resulta creciente el número de interesados en tener uno y aprender a manipularlo. Mientras, siempre puedes contratar a alguien para el vídeo de tu boda, cumpleaños o evento empresarial, claro está.

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