¿Para qué sirven y cuándo se usan los test de inteligencia?

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Seguramente alguna vez hayas escuchado hablar de los test de cociente intelectual o test de inteligencia, un estándar que intenta medir, en la medida de lo posible, este atributo innato con el que contamos todos los seres humanos, y que básicamente se enfoca en la capacidad de resolver conflictos, más que en cualquier otra virtud teórica que pudiéramos imaginarnos.

Por eso mismo, ante las dudas que sabemos que genera este concepto, en las siguientes líneas queremos analizar qué es concretamente un test de inteligencia, y cuáles son algunos de los principales usos que se les dan en la actualidad a este tipo de pruebas.

Lo primero que tienes que tener en consideración es que un test de inteligencia pretende desafiar al individuo a una serie de diversos ejercicios, que deben resolverse en el menor tiempo posible como síntoma, ello, de una gran capacidad intelectual. Capacidad intelectual que, como ya hemos señalado, está íntimamente relacionada con el discernimiento entre distintas alternativas.

En efecto, la mayoría de los expertos coinciden, más allá del enorme número de test de cociente intelectual que existen, en que la inteligencia es la posibilidad de la persona de interpretar una información, entenderla, y utilizarla en su provecho, de la manera más adecuada.

En este mundo actual, la inteligencia es uno de los atributos de la personalidad de los seres humanos al que se le presta mayor atención, algo que no sólo ocurre en los ámbitos profesionales, donde tiene todo el sentido del mundo, sino también en las relaciones interpersonales.

Sin embargo, es justo destacar que conviven distintas clases de inteligencias, desde la psicológica hasta la biológica, pasando por la operativa, y que no todas son igual de fáciles de detectar en un único ámbito, por lo que muchas veces esas habilidades pasan desapercibidas.

¿Qué usos se les da a los test de inteligencia ahora mismo?

En la práctica, se suelen apreciar dos variantes de los test de inteligencia. Por un lado los test proyectivos y, por otro, los test psicométricos. Los primeros buscan proyectar el potencial del individuo: su personalidad, defensas, miedos, etc. Los segundos pretenden medir sus cualidades psíquicas, como la atención, la memoria, la percepción de situaciones, etc.

Ya hemos mencionado que los test de inteligencia se desarrollan a partir de una serie de ejercicios que han sido especialmente diseñados para obstaculizar el avance del aspirante, que deberá sacar a relucir toda su tenacidad para saltar los cálculos y planteos tan rápido como prueba.

Pero aunque estos ejercicios tienden a relacionarse con la lógica y la matemática, no deberíamos olvidarnos que también hay otros de comprensión verbal, por lo que el abanico es más amplio de lo que se creería en una primera instancia. Además, cada test de cociente intelectual tiene un objetivo.

Con todo ello intentamos decir que, sin ser definitivos ni absolutos, los test de inteligencia resultan de vital relevancia, sobre todo pensando en conocerte más a ti mismo, tus puntos fuertes y débiles.

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