Descubre las montañas de colores de Gran Canaria

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En estos días en los que muchos estamos apreciando nuevamente la belleza de los distintos rincones que propone la geografía española, no quedan dudas de que las montañas de colores de Gran Canaria son uno de esos atractivos que todo el mundo debería visitar alguna vez.

A final de cuentas, la denominada Fuente de los Azulejos en Gran Canaria es uno de esos recorridos que no tienen igual en el resto del territorio nacional, uno que nos permite toparnos con la naturaleza en su estado más salvaje, y disfrutar de los paisajes junto a ella.

El caso es que, quienes se hospedan en los hoteles Lopesan tienen la oportunidad, no muy lejos de allí, de practicar deportes de montaña como el senderismo a través de Los Azulejos de Veneguera, un clásico de Gran Canaria, sin la popularidad de Caldera de Bandama o la Ruta de las Presas.

En cualquier caso, la Fuente de los Azulejos aparece majestuosa entre los municipios de Mogán y la Aldea de San Nicolás, y se ha ganado esta denominación tan particular porque sus diferentes tonos, los que cubren las laderas, recuerdan inmediatamente a las paredes vestidas con azulejos.

Reconocida como Bien de Interés Geológico por el Instituto Tecnológico Geominero de España gracias, entre otras cosas, a la enorme cantidad de ignimbritas bien conservadas en su interior, podemos afirmar que sus colores se los debe al paso del tiempo, a la acción que los distintos elementos propios de la naturaleza realizan sobre las capas geológicas, modificándolas.

Arribar a la Fuente de los Azulejos en Gran Canaria tampoco es demasiado complicado, ya que se puede llegar fácilmente desde la carretera G-200, la misma que une los municipios de Mogán y la Aldea de San Nicolás, recomendándose una parada antes en la Playa del Puerto de Mogán o en la turística Maspalomas, en caso de que se llegue desde la dirección contraria.

Como ya hemos mencionado, el atractivo más importante que se propone en la zona es el senderismo, con variadas rutas en extensión y dificultad según quiénes quieran completarlas, aunque siempre con el entorno natural tan exclusivo que distingue estas montañas como fondo.

Probablemente el trayecto más famoso sea el que comienza en el cruce de la G-200 y lleva hasta Degollada de la Aldea, un paseo de dificultad moderada podríamos decir, pero que se sortea sin grandes contratiempos en la medida en la que se utilice un calzado acorde a las circunstancias.

Un secreto que no todo el mundo conoce, es que si se toma uno de los desvíos que posibilita este camino, se pueden apreciar a la distancia monumentos naturales como el Teide y El Roque Nublo.

En caso de que no sea así, continuarás pasando por la Reserva Natural de Inagua y siendo privilegiados testigo de la Playa de Güi-güi y el barranco Tasarte, hasta llegar a la Fuente de los Azulejos de Gran Canaria, culminando la ruta con un barranco y esos llamativos colores por detrás.

Por todo ello, las montañas de colores de Gran Canaria son un imprescindible este año.

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