¿Son los videojuegos buenos para los niños?

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A raíz es una noticia reciente, en la que se anuncia que el Gobierno de China ha decidido limitar la cantidad de horas semanales que los niños de aquel país pueden dedicarle a los videojuegos, se ha vuelto a encender la polémica acerca de una cuestión sumamente discutida en los últimos tiempos, la pregunta acerca de si son los videojuegos buenos para los niños o no.

Básicamente, las autoridades del gigante asiático determinaron que los pequeños sólo podrán disfrutar de los videojuegos durante tres horas a la semana, los días viernes, sábados y domingos, en el horario de las 20:00 a las 21:00 horas, y siempre bajo la supervisión de sus padres, evitando así que se den situaciones como las que muchas veces suceden en occidente, donde los chicos y chicas se pasan buena parte del día conectados a este tipo de entretenimiento, mal visto por los chinos.

De más está decir que en esta parte del mundo las cosas son muy diferentes, ya que los niños no sólo pasan muchas más horas a la semana en sus videojuegos preferidos, tanto de ordenador como de consola, y hasta de móviles ahora, sino que la forma en la que entendemos esta relación es completamente diferente, porque muchos padres también se criaron de esa manera.

De hecho, existe toda una industria alrededor del mundo de los videojuegos que excede a jugarlos, y que hoy en día ha facilitado que los fanáticos puedan adquirir figuras, peluches y hasta ropa de sus personajes y franquicias favoritos, gracias a tiendas online especializadas, como revelik.com.

En este tipo de comercios en Internet tenemos la posibilidad de adquirir toda clase de merchandising que nos permita apoyar a nuestros videojuegos predilectos, y así equipar nuestra vivienda con sus productos, a partir de clásicos de toda la vida y otros más nuevos, por ejemplo Fortnite.

Más allá de eso, y volviendo a la premisa del artículo, acerca de si los videojuegos son buenos o malos, es posible afirmar que todo depende cuál sea el modo en el que los pequeños se acercan a ellos, ya que también se debe valorar que permiten una interacción con personas con sus mismos intereses, que les ayudan a desarrollar habilidades concretas y hasta un pensamiento lógico.

Por el contrario, cuando existe algo así como un ensimismamiento y un encierro del adolescente en el que únicamente hay sitio para los videojuegos, éstos podrían estar funcionando como la consecuencia o síntoma de un problema previo, pero no generado por los juegos.

Es justamente en esas circunstancias cuando se debe intentar hurgar en las causas de tal conducta del joven, ya que lo normal es que halle en los videojuegos una escapatoria a algún problema que lo aqueja en la vida real, y al que no le está encontrando solución.

Por lo tanto, concluimos que los videojuegos en sí no tienen nada de malo, si bien podemos revisar el comportamiento que tienen los niños cuando juegan, para averiguar si todo va bien en su vida.

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